miércoles, 10 de agosto de 2011

Que no pase nada es una pena!

no me olvido ni el sudor de aquella angustia. Mi cuerpo tenía cada parte en su lugar, los órganos Funcionaban a la perfección, según decía El doctor amigo de la familia... Desbordando su profesión, luego de revisarme – dejo una simple frase, y ultimó la visita - Las Emociones están algo revueltas, pero eso no tiene Reparación, al menos no, con mi tesis. Son como el viento... – me dijo – Se calma cuando se cansan de soplar los Mofletes y agacha la cabeza como si nada hubiera Pasado aquí. Con su sabiduría el doctor se fue y me quedé más Estático que antes con una duda callada ¿Mirará a sus hijos, de igual manera que conmigo? La voluntad no me ayudaba para moverme, en verdad esa Falta de avidez, me hacia delirar... Como en un pesadilla, Como si callera desde una lomada, sentía desfilar la sangre. En mis escuálidos brazos, Las venas parecían Preñadas, como queriendo Salirse de la piel y entre tanta Adrenalina, estaba tumbado, inmóvil en un sillón. Era todo contraproducente en Mí., Tironeaba de la naturaleza llamando a las aves Para no avivar la ira que me Daba temor, y del lado opuesto Tironeaba las ideas más absurdas... Las ideas atareadas Que me demolían el espacio que ocupaba, Si bien mantuve el silencio... en la oscura habitación no hallaba reparo, no hallaba ni el toma de luz que me haga respirar en el espejo. En mi dolor comencé a creer que el mundo se ponía En mi contra, Allá afuera estaban todos aquellos que tienen la Mente manchada, y no tenía forma de combatirlos. Adentro estaba a salvo. Pasaban las tardes, los amaneceres solían ser mis Mañanas, las lagañas! mi única compañía, La luna que rotaba, agotada andaba la pobre de tanto Escucharme y el llanto que no aparecía! Esas tentativas de lágrimas punzaban mi garganta, Y todo por nada. ¿Qué es en verdad este vacio? – me preguntaba – Nadie me había insultado, despreciado, Nada de nada... nada que sepa explicar. Mi madre me daba todo lo que necesitaba, No existía un enemigo, tampoco un amor pasado, ni reciente que se hubiese marchado de mi lado... Todo debería ir bien en mí. Mi Madre! Que andaba todo el día en la casa haciendo Sus tareas, recuerdo que notó, que estaba perdido en Aquella época que padecí tal absurda angustia y me Preguntaba. ¿Qué te pasa, hijito! Que es lo que buscas? Le manifestaba que no buscaba nada y Ella insistía En que quería saber... Quería zafar y cuanto más le decía que no buscaba Nada, mas era lo que me insistía. La angustia crecía / mi madre lo percibía / En verdad, ¿sabe? Algo me pasa Mamá. – le dije – Pero no me reclame, porque no se, ni yo, de que se trata Mi tristeza... Se horrorizo con la palabra, “tristeza” Y no quería comprenderme o simplemente no me Comprendía y se preocupaba aun más. Llena de temor, me abrazaba y me examinaba... Mi Madre. No era uno, ni dos, ni siquiera diez. Era mil gorriones volando en la ciudad. De mi ojo izquierdo asomó la primera lágrima Que corrió a secarse en su mano... Fue un lagrimón escamoso, sospechoso... y Ella pobrecita Temblaba en su imaginación; ¿En que mal andará, mi hijo? - Habrá pensado – Habrá suplicado dentro de la maldad Que nunca conoció. De a poco comencé a buscar la sabiduría y en primer paso Me propuse conquistar la palabra, la excusa exacta que Calme a mi Madre, porque para Mí. Ella. era Ella y después me presentaba Yo! ¿Cómo quitar el aguijón, que no es más, que una pequeña Astilla que se deshace sola? Fue surgiendo el dialogo y a los minutos los brazos Estaban desparramados por todo el cuerpo. ¡No es nada, Mamá! – le expresé – Quédese tranquila... Le juro por la memoria de Papá, que no es nada malo, Ni siquiera es algo, Mamá! A ese instante no había niño de cinco años que me Gane en el llanto, La garganta era un cielo despejado gracias al cariño Porfiado de mi Madre Y como nunca fui preciso con las palabras, recurrí a la Mirada, luego de un beso, Antes de una vergonzosa y sincera sonrisa que le Eche, por encima de toda su alma para quitarle el oscuro Pensamiento y aliviarla tanto como a Mí. Prontamente; Me acuerdo de estar caminando con los hombros Firmes, Sin faltar a la verdad mi alegría no iluminaba El espacio, pero la mueca que se entiende por sonrisa Alertaba equilibrio en mi rostro. Y a mi madre... La recuerdo, además de hermosa, viendo la tele-novela, aferrada A la hornalla (quemador) encendida, como si nada hubiera Ocurrido. Tal como lo predijo el doctor, antes de cruzar la puerta De salida.

                                              /Metz/

7 comentarios:

Marina Agra dijo...

Algunos, creo yo, los que tampoco olvidamos del sudor de aquella angustia, celebramos este reconocimiento. ¡Y justo en el día en que mi mamá cumple años! Escribís lindo... Solo te falta leer! Un beso, Metz.

"METZ" dijo...

Justo! Primero la Má! las angustias son remplazadas por otras.
Entonces te puedo imaginar al lado de tu mamá en su cumple
Con la misma ternura y devoción con que yo me abrazo a la mía y
Ojalá seamos muchos los que le demos una demostración de amor a cada madre, de cada uno.
¡Empecé a leer, ahora deseo terminarlo!!
Un beso, Marina.

tecla dijo...

Nuestra madre es el cielo que lo cubre todo.
Si ella desaparece, Todo se acabó. Y no hay Cielo que nos valga.
Me alegro de leerte.

Reina dijo...

Las madres siempre sabemos cuando a los hijos les pasa algo... aunque ese algo sea la nada... la nada es demasiado a veces... :(

Me gustó mucho la forma en que está escrito... ;)

Un beso

"METZ" dijo...

La madre pudo más que no sé cuantas angustias...
Un abrazo a puro cielo, Tecla.

"METZ" dijo...

La nada es demasiado a veces... (Pulgar arriba a eso)

Me alegra mucho leer tu comentario.
Gracias, Reina. Gracias! por pasar!

Reina dijo...

Siempre paso.... a veces tardo unos días en comentar pero siempre paso... ;)

Debería empezar a subir mis propias frases a mi blog... jaja ;)
Un beso