miércoles, 24 de agosto de 2011

Evolucionar...

"He estado intentando convencerme de que abandonar a una persona no es lo peor que se le puede hacer.

Puede resultar doloroso, pero no tiene por qué ser una tragedia.

Si uno no dejase nunca nada ni a nadie no tendría espacio para lo nuevo...

Evolucionar constituye una infidelidad. A los demás, al pasado... a las antiguas opiniones de uno mismo... Cada día debería tener al menos una infidelidad esencial, una traición necesaria.

Se trataría de un acto optimista, esperanzador, que garantizaría la fe en el futuro.

      Jonás Trueba: "Todas las canciones hablan de mí"

(no sé que tiene en los ojos. tristeza, miedos, dudas? pero es increible... genial actuación)


Me quedé muy agarrado a ésta manera tan dolorosa de evolucionar.
sin tiempo de escribir
La creo profunda y diversa, merecedora de más de dos mil palabras…
La creo también una reverenda putada porque tiene
Tanta verdad - cómo dolor.

El dolor.
Siempre y cuando estemos parados ahí,
En el momento que más duele, cuando el mundo se derrumba…
En el momento que uno se siente morir.
Ahí. Y aunque difícil de tomar para quien se queda podría ser un
Consuelo paradisiaco, además de la tragedia…
Ahí. Para quien se va podría ser una escapatoria ejemplar…
Llevándose la parte dolorosa, la angustia, si es consiente
Que deja a alguien que hace semanas atrás decía amar.


La verdad.
la consigo ahora. que ya estoy más allá,
mucho mas lejos que de ahí y acepto
Ésta evolución aunque me parezca una putada, mínimamente
Por la pena de un amigo.
Pero la acepto porque ya no quiero estar donde tiempo atrás no quería
Salir ni por la fuerza, ni por la razón, ni por las ofensas.
y hoy no vuelvo atrás ni obligado…
Creo en ésta evolución (sin haber revisado la coherencia del txt) porque en mis vivencias amorosas, hasta ahora,
la vida tuvo la razón!

Una afirmación de que las cosas pueden ser no sólo diferentes,
                sino mejores...





miércoles, 17 de agosto de 2011

"Resurgir"


Me gustaba la palabra “resurgir”
¡Desde siempre me ha gustado…
Y me sigue gustando porque las luces
Siempre andan bajando.

Cuando es que parto. A donde sea que voy la llevo conmigo.
Porque se me antoja…
La llevo conmigo aunque no me quepa lugar, porque
Siempre las luces vuelven a subir.

Me sigue gustando la palabra “resurgir”
Aunque las luces, aquí, ahora!
Se encuentren apagadas.


                         /Metz/

miércoles, 10 de agosto de 2011

Que no pase nada es una pena!

no me olvido ni el sudor de aquella angustia. Mi cuerpo tenía cada parte en su lugar, los órganos Funcionaban a la perfección, según decía El doctor amigo de la familia... Desbordando su profesión, luego de revisarme – dejo una simple frase, y ultimó la visita - Las Emociones están algo revueltas, pero eso no tiene Reparación, al menos no, con mi tesis. Son como el viento... – me dijo – Se calma cuando se cansan de soplar los Mofletes y agacha la cabeza como si nada hubiera Pasado aquí. Con su sabiduría el doctor se fue y me quedé más Estático que antes con una duda callada ¿Mirará a sus hijos, de igual manera que conmigo? La voluntad no me ayudaba para moverme, en verdad esa Falta de avidez, me hacia delirar... Como en un pesadilla, Como si callera desde una lomada, sentía desfilar la sangre. En mis escuálidos brazos, Las venas parecían Preñadas, como queriendo Salirse de la piel y entre tanta Adrenalina, estaba tumbado, inmóvil en un sillón. Era todo contraproducente en Mí., Tironeaba de la naturaleza llamando a las aves Para no avivar la ira que me Daba temor, y del lado opuesto Tironeaba las ideas más absurdas... Las ideas atareadas Que me demolían el espacio que ocupaba, Si bien mantuve el silencio... en la oscura habitación no hallaba reparo, no hallaba ni el toma de luz que me haga respirar en el espejo. En mi dolor comencé a creer que el mundo se ponía En mi contra, Allá afuera estaban todos aquellos que tienen la Mente manchada, y no tenía forma de combatirlos. Adentro estaba a salvo. Pasaban las tardes, los amaneceres solían ser mis Mañanas, las lagañas! mi única compañía, La luna que rotaba, agotada andaba la pobre de tanto Escucharme y el llanto que no aparecía! Esas tentativas de lágrimas punzaban mi garganta, Y todo por nada. ¿Qué es en verdad este vacio? – me preguntaba – Nadie me había insultado, despreciado, Nada de nada... nada que sepa explicar. Mi madre me daba todo lo que necesitaba, No existía un enemigo, tampoco un amor pasado, ni reciente que se hubiese marchado de mi lado... Todo debería ir bien en mí. Mi Madre! Que andaba todo el día en la casa haciendo Sus tareas, recuerdo que notó, que estaba perdido en Aquella época que padecí tal absurda angustia y me Preguntaba. ¿Qué te pasa, hijito! Que es lo que buscas? Le manifestaba que no buscaba nada y Ella insistía En que quería saber... Quería zafar y cuanto más le decía que no buscaba Nada, mas era lo que me insistía. La angustia crecía / mi madre lo percibía / En verdad, ¿sabe? Algo me pasa Mamá. – le dije – Pero no me reclame, porque no se, ni yo, de que se trata Mi tristeza... Se horrorizo con la palabra, “tristeza” Y no quería comprenderme o simplemente no me Comprendía y se preocupaba aun más. Llena de temor, me abrazaba y me examinaba... Mi Madre. No era uno, ni dos, ni siquiera diez. Era mil gorriones volando en la ciudad. De mi ojo izquierdo asomó la primera lágrima Que corrió a secarse en su mano... Fue un lagrimón escamoso, sospechoso... y Ella pobrecita Temblaba en su imaginación; ¿En que mal andará, mi hijo? - Habrá pensado – Habrá suplicado dentro de la maldad Que nunca conoció. De a poco comencé a buscar la sabiduría y en primer paso Me propuse conquistar la palabra, la excusa exacta que Calme a mi Madre, porque para Mí. Ella. era Ella y después me presentaba Yo! ¿Cómo quitar el aguijón, que no es más, que una pequeña Astilla que se deshace sola? Fue surgiendo el dialogo y a los minutos los brazos Estaban desparramados por todo el cuerpo. ¡No es nada, Mamá! – le expresé – Quédese tranquila... Le juro por la memoria de Papá, que no es nada malo, Ni siquiera es algo, Mamá! A ese instante no había niño de cinco años que me Gane en el llanto, La garganta era un cielo despejado gracias al cariño Porfiado de mi Madre Y como nunca fui preciso con las palabras, recurrí a la Mirada, luego de un beso, Antes de una vergonzosa y sincera sonrisa que le Eche, por encima de toda su alma para quitarle el oscuro Pensamiento y aliviarla tanto como a Mí. Prontamente; Me acuerdo de estar caminando con los hombros Firmes, Sin faltar a la verdad mi alegría no iluminaba El espacio, pero la mueca que se entiende por sonrisa Alertaba equilibrio en mi rostro. Y a mi madre... La recuerdo, además de hermosa, viendo la tele-novela, aferrada A la hornalla (quemador) encendida, como si nada hubiera Ocurrido. Tal como lo predijo el doctor, antes de cruzar la puerta De salida.

                                              /Metz/